“ Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa, alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda y tu descendencia heredará naciones y habitará ciudades asoladas”. Isaías 54:2-3
En el día de ayer nos enfocamos en bendecir nuestros hogares, esto quiere decir, el lugar donde vivimos. Hoy vamos a ir un poco más lejos y extender nuestra influencia a los lugares donde nuestra voz suele ser escuchada, esto se aplica a nuestro trabajo, a nuestro lugar de estudio, a los encuentros con familiares que no conviven con nosotras, a las amistades que nos rodean, a las casas de amistad o grupos café, a los encuentros de servicio ministerial, etc.
El pasaje de Isaías nos habla de extensión y utiliza la imagen de una tienda. En la antigüedad estas tiendas eran utilizadas por los nómades para vivir , tal como el pueblo de Israel las utilizó por 40 años en el desierto. Las mismas eran desmontables y portátiles, debían ser de telas livianas, pero resistentes, protegiendo a sus habitantes del frío de la noche, del calor del día y también de otros atenuantes como la lluvia o el viento. Estas telas se sostenían con cuerdas y las mismas estaban enlazadas a estacas bien clavadas al piso. A medida que las familias iban creciendo, añadían habitaciones a estas tiendas y el modo de hacerlo era agregando telas y corriendo esas estacas para que así más personas pudieran cobijarse en ellas.
El texto también nos interpela ya que nos dice: ¡no seas escasa! ensancha el sitio de tu tienda. ¿Qué tal si nos animamos a invitar a otros a entrar a nuestras tiendas? Hoy podes ser la persona que le de un techo en un día lluvioso a una amiga, también podés ser quien cobije a tu compañera de trabajo en una temporada de vientos huracanados, o ser esa cuerda que mantiene unida a tu familia extendida , porque esa cuerda está aferrada a una estaca que se extendió pero a la vez también está profundamente arraigada a un suelo firme que ni la tempestad más fuerte puede moverla.
Activación: Pedile al Dios que te muestre qué personas están necesitando entrar a tu tienda y sé intencional en darles acceso a tu intimidad. Vas a ver que lejos del ruido de la rutina, tu voz llegará directo al corazón de quienes están necesitando un lugar seguro.
Oración: Señor, mostrame claramente quienes están necesitando escuchar mi voz en la intimidad de una charla profunda. Hoy decido extender mis estacas y hacer lugar en mi tienda para que allí se encuentren con vos.