“Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. “Proverbios 4:20-21
Desarrollo: Siempre que hacemos un regalo, estamos esperando que al otro le agrade y que lo valore. Un regalo suele ser algo en lo que no solo invertimos nuestro dinero sino nuestro tiempo y afecto y nos gusta que la persona que lo recibió le dé la importancia que merece. Pero si vemos que ese regalo no está siendo apreciado, tal vez ni utilizado o hasta maltratado, eso me va a generar pocas ganas de volver a regalarle algo. En cambio, si la persona lo recibe con mucho agradecimiento, lo usa y lo disfruta, voy a querer seguir dándole regalos.
Creo que esa es una buena comparación con la voz del Espíritu. A veces el problema no está en si escuchamos su voz o no, sino en cómo la conservamos. Cada palabra que viene del Espíritu es una palabra que nace en el corazón de Dios y debemos valorarla como tal.
A veces recibimos una palabra ya sea por medio de un tercero o una revelación propia y la guardamos por dos o tres días y cuando la emoción pasa, la desprotegemos. Desproteger la voz del Espíritu no solo entristece el corazón de Dios sino que le da lugar al enemigo para venir a robar lo que el Espíritu está construyendo.
Atesorar las palabras de Dios también incita y motiva a que Él te dé más, si en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondrá. Si el Espíritu ve nuestro corazón como un lugar en donde las palabras florecen entonces lo que hoy es un simple jardín, mañana puede convertirse en un bosque. Busquemos ser esa tierra firme donde los sueños que tenes, las canciones, las revelaciones, las ideas, las palabras proféticas no son dispersadas con el viento sino que son plantadas y cuidadas.
Por otro lado, son las palabras recibidas en esta temporada las que te llevarán a la temporada siguiente. Las armas que aprendiste a usar en tu última batalla son las que te van a permitir ganar tu próxima pelea. Cuando el enemigo quiera venir a atacar tu vida en ese área que conocés que tenés debilidad, vas a poder mirar para atrás y recordar lo que el Espíritu habla sobre eso, ese área de debilidad se convierte en un área de testimonio.
Activación: Algo práctico que podés incluir en tu vida devocional es conseguir un cuaderno que te guste, o si sos mas tecnológica en tu celular, y anotar tus conversaciones con el Espíritu. Anotar las ideas que Él te reveló, las canciones y versículos que te resaltó. Hacer de ese cuaderno un diario personal para llevar registro de lo que el cielo está hablando sobre vos y poder volver a leerlo cuando lo necesites. Otra idea también es anotar esas palabras de ánimo y declaraciones o versículos en lugares visibles, ya sea tu fondo de pantalla, tu espejo o paredes de tu habitación.
Oración: Oro para que esas palabras olvidadas o robadas vuelvan a mi corazón y declaro que mi corazón es tierra firme en donde todo florece. Te agradezco Dios porque sé que me llevás en aumento y porque tu voz es lo más importante para mi.