Desarrollo: Según diferentes investigaciones de expertos en psicología, se sabe que a lo largo del día somos capaces de crear aproximadamente 60.000 pensamientos. Eso es increíble, nuestra mente trabaja constantemente a velocidades que no podemos imaginar. Muchos de estos pensamientos son automáticos, es decir, que vienen a nuestra cabeza sin darnos cuenta, porque suelen ser cosas que estamos acostumbradas a pensar. Lo curioso de todo esto es que los expertos dicen que un gran porcentaje de estos pensamientos son negativos.
La Biblia está llena de pasajes que hablan sobre la importancia de nuestros pensamientos, porque a Dios le importa todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo, y quiere enseñarnos cómo cuidar cada área de manera sabia. Como Papá bueno y perfecto, Dios tiene lo mejor para nuestras vidas, y en el día de hoy, Él quiere enseñarnos y recordarnos aquello que nos conviene pensar. ¿Por qué es tan importante? Porque pasamos muchas horas por día en nuestra cabeza, entonces necesitamos crear un lugar sano para estar.
El pasaje de Filipenses que leímos hoy empieza con una frase clave: "piensen en…" y luego enumera una serie de cosas hermosas con las que podemos llenar nuestra mente. Esta frase nos muestra una gran verdad: ¡podemos elegir qué pensar! Muchas veces pensamos que no tenemos control sobre lo que pensamos, y eso nos lleva a bajar la guardia, a rendirnos, a resignarnos. Y tarde o temprano terminamos con ese gran porcentaje de pensamientos negativos del que hablan los expertos. Pero Dios, que es el creador y diseñador de nuestra mente, nos dice que podemos elegir qué pensar.
Como hijas de Dios sabias, hoy podemos determinarnos a limpiar nuestra mente de todos aquellos pensamientos que no entran en las categorías que menciona Filipenses, y empezar a reemplazarlos escuchando lo que Dios nos quiere hablar a nuestra vida.
Activación: Tomate un tiempo para escribir en una hoja todas las categorías que menciona el versículo que leímos hoy, y al lado de cada una, escribí un pensamiento específico en el que te puedas enfocar. Por ejemplo: ¿qué cosas son verdaderas? Las promesas de Dios son verdaderas, entonces elijo pensar en promesas puntuales que recibí del Señor. Y así con cada categoría: todo lo honesto, lo justo, lo puro, lo amable, etc. Luego pegá esa hoja en un lugar visible, para que puedas recordar cada día cómo elegir sabiamente tus pensamientos.
Oración: Señor, te pido que me reveles aquellos pensamientos que están en mi cabeza a diario que no están alineados a tu voluntad. Quiero escuchar tu voz hablando pensamientos de verdad, de honestidad, de justicia... Espíritu Santo, recordame y mostrame lo que me conviene pensar.
: “Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello.” Filipenses 4:8