“Entonces volví a oír algo que parecía el grito de una inmensa multitud o el rugido de enormes olas del mar o el estruendo de un potente trueno, que decían: «¡Alabado sea el Señor! Pues el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso, reina. Alegrémonos y llenémonos de gozo y démosle honor a él, porque el tiempo ha llegado para la boda del Cordero, y su novia se ha preparado. A ella se le ha concedido vestirse del lino blanco y puro de la más alta calidad». Pues el lino de la más alta calidad representa las buenas acciones del pueblo santo de Dios.”Apocalipsis 19:6-8 NTV
Cada vez que escucho voces al unísono todo mi cuerpo se estremece. Ya sea escuchando un coro, o hasta en un canto de cancha de fútbol, hay algo que se da en ese ensamble que pone mi piel de gallina. ¿No te pasa?
¿Qué secretos se esconden en este precioso diseño de Dios de ser uno? El es uno: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y nos desafió a nosotros, su iglesia, a volvernos uno con Él, nos llama como cuerpo a movernos coordinados, a entendernos como parte de algo más grande y perfecto, a funcionar como ejército, y adorarlo a una sola voz. Es apasionante pensar en todo lo que sucede cuando dejamos de ser personas aisladas y nos volvemos parte de algo mayor.
Pero esa unidad no es igual a la suma de las partes, sino que cada parte cobra vida al volverse algo de un todo. Porque nuestra vida no tiene propósito lejos del cuerpo, sino que es cuando se une al “todo” que se convierte en algo. Me encantaría poder explicar cada detalle de este misterio: me alienta que al apostol Pablo tambien le costó, y lo expresa en Efesios 5:32. Pero hoy les propongo, ¿Y si en lugar de explicarlo nos dejamos llevar por esta fascinante experiencia? Quizas no necesite respuesta, sino sólo admiración. Hay una verdad, un secreto escondido en nuestra unidad, nuestra voz será mucho más potente cuando sea unida, sólo ahí logrará estremecer al mundo.
Oración : Padre , déjanos fluir en la unidad de tu Espíritu Santo. Que la oración de Jesucristo se haga verdad en nosotras, “ Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.”
Activación: juntate con una amiga, un familiar, alguien cercano con quien hoy puedas compartir, y empiecen a fluir en adoracion, a declarar lo que escuchan decir en el cielo. Exalten el nombre de Dios, declaren lo que el cielo está diciendo, sean uno con Él.