“Es bueno dar gracias al Señor y cantar alabanzas al Altísimo. Es bueno proclamar por la mañana tu amor inagotable y por la noche tu fidelidad, al son de un instrumento de diez cuerdas, un arpa y la melodía de la lira. Todo lo que has hecho por mí, Señor, ¡me emociona! Canto de alegría por todo lo que has hecho.¡Oh Señor, qué grandes son tus obras! Y qué profundos son tus pensamientos.”. Salmo 92: 1-6

Durante toda la semana hemos levantado la voz en distintos ámbitos de nuestra vida. Comprendimos el poder que hay en nuestro hablar, también profetizamos sobre nuestra casa, familia, entornos cercanos e incluso a favor de nuestro país. Sin duda Dios ha llenado nuestra boca con declaraciones del cielo y nosotras nos hemos animado a ser sus portavoces. 

Por eso en el día de hoy vamos a tomar estos minutos para rendir alabanzas a nuestro Dios.  Vamos a levantar un altar de adoración y exaltar su nombre. 

Nuestro Papá es el único digno y merecedor de recibir nuestra adoración  y claramente nosotras no adoramos a Dios porque él lo necesite, sino que somos nosotras las que necesitamos adorarlo, porque cuando lo hacemos lo conocemos más y mejor, nos hacemos parecidas a él y nos transformamos a su imagen y semejanza. La lista de motivos por los cuales tenemos que adorar a Dios es interminable y eterna, por eso simplemente hoy llenate de entusiasmo y comenzá a adorar a Dios, es la experiencia más fascinante y profunda que podemos tener. 

Activación: Con la ayuda de un Salmo, con tu canción favorita o con la que te sugerimos el día de hoy, levanta adoración en voz alta.

Oración: Señor, hoy y todos los días de mi vida me dispongo a alabar tu nombre. Este no va a ser un día excepcional, sino que será un hábito que se transforme en un estilo de vida.